Por sus propias características, este tipo de texto posee desde hace milenios los siguientes elementos:
A diferencia del texto narrativo, en el dramático no son tan importantes las voces como las paciencias integras, corporales, de los personajes. El narrador prácticamente desaparece (sólo se presentan en algunos casos del coro griego, cuando este cuenta los hechos lejanos) y en cambio la persona tiene un papel muy importante.
Ejemplo de texto dramático:
En cuanto a ti, llegado el momento oportuno, obra con osadía. Y si ella grita en su terror; "Oh, hijo!", dile que tu padre también te ha gritado. Consuma la venganza y no temas, vierte la sangre del mal que aquí reina: mata a los asesinos de tu padre.
EG.- Vengo acá no por mi gusto: me ha hecho llamar un mensajero. Dicen que ciertos extranjeros nos traen una noticia no de desear, de que Orestes ha muerto. ¡Otra pesadumbre para esta casa ya herida y desgarrada por el infortunio tras la primera muerte! Pero, ¿será verdad? ¿No serán mujeriles fantasías, que nacen, vuelan y desaparecen? ¡Vanas ilusiones! (Al corifeo): ¿Tú qué me dices, para hacer luz en mi mente?
CORO.- Cierto que oímos la noticia. Entra mejor y pregunta directamente a los extranjeros. Un mensaje debe ser comprobado por el destinatario mismo.
Esquilo, La Orestiada
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